Hace mucho que es un hecho demostrado que apostar por software libre significa ahorro,
en algunos casos miles de millones de euros -esos que ahora buscan
recortando prestaciones y servicios-. Pero además, representa una
oportunidad de empleo no deslocalizable que puede trabajar para el mundo
entero, fomenta la innovación, genera riqueza en la región y fortalece
la soberanía tecnológica.
Países tan distintos como Dinamarca, Estados Unidos o Paraguay, así
como el mundo de la empresa, se convierten en referencias a seguir:
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5,3 millones de euros de ahorro solo en ofimática en los hospitales daneses
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Paraguay nos muestra el camino para no recortar en Salud ni Educación
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EEUU ahorraría 3,7 mil millones de dólares con software libre
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El software libre, un ahorro de 60.000 millones de dólares para las empresas
Más ahora que ya no saben como llamarle a
esta crisis de valores, y lo que es peor, se han rendido, han perdido
la esperanza y las ganas de construir. Es ahora cuando surge de nuevo
la idea software libre para gobiernos en crisis como una alternativa económica.
Sigo sin entender que en plena crisis no
se extienda el uso del software libre. Acepto que muchos responsables
políticos o técnicos no contemplen sus ventajas, pero las
recomendaciones de instituciones, colectivos, entidades,… son
contundentes: contra la Crisis: Linux
¿No ven siquiera las más tangibles, las más evidentes de ahorro de costes? ¿Cómo es posible tanta ineptitud o desconocimiento? Las administraciones públicas pagan casi 40 millones más ¿por desconocimiento o por incompetencia?
Juan Carlos Rodríguez Ibarra decía: “Las
administraciones nunca son neutrales, jamás. La administración actúa
por acción o por inacción, pero siempre alguien decide”, que no hace más que reforzar mi postura: La soberanía tecnológica es el resultado de la libertad.
Los gobiernos y sus responsables -tanto técnicos como políticos- no
pueden ser neutrales, están en sus respectivos cargos para gestionar de
forma eficaz los recursos públicos, son los responsables de que se usen
de la forma más eficiente en beneficio de la ciudadanía, y por lo tanto,
no pueden ser neutrales, tienen un mandato y una obligación que
ejercer.
Por eso, yo no me resiste a seguir planteándome la misma cuestión, una y otra vez: ¿Por qué la Administración no usa software libre? ¿Por
qué nuestros dirigentes que ahora son tan valientes para recortar
servicios y prestaciones sociales no lo son también para apostar por un
modelo de construcción tecnológica que fomenta la eficiencia, la
soberanía tecnológica y la innovación?
¿Tan cortos de mente son que no ven que el software libre en los gobiernos es la única opción?
No existe alternativa alguna que aporte tantos beneficios para la
sociedad en su conjunto, así como para cada uno de los pilares que la
conforman: educación, industria, transparencia, democracia, salud,
eficiencia, independencia y soberanía. Por eso, no se puede ser neutral,
la neutralidad es un fraude de las multinacionales.
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